martes, 9 de diciembre de 2014

Fernando de Rojas

Nació en La Puebla de Montalbán (Toledo), hacia 1470, en el seno de una familia de judíos conversos que reaparece en posteriores procesos inquisitoriales por mantener el judaísmo a escondidas de la Inquisición. Rojas ayudó a miembros de su familia, los llamadosmarranos o criptojudíos (Anusim en la literatura rabínica), afectados por las persecuciones de la Inquisición. Su familia habría sido perseguida y él mismo aparece en documentos, en unos versos acrónimos, como acusado por la Inquisición, documentos que demuestran que fue el autor de La Celestina.
Estudió derecho en la Universidad de Salamanca, según él mismo afirma en La carta del autor a un amigo suyo, que precede el texto de su obra. Parece documentado que hacia 1496-1497 habría obtenido su grado de Bachiller en Leyes.
Se sabe que estaba establecido en la localidad de Talavera de la Reina, población de la que algunos autores piensan que fue alcalde1 y casado allí. Su condición de converso influye en el argumento de su obra, que a decir de la mayoría de los críticos es obra de alguien de esta condición: se ha dicho que la ausencia de fe firme justificaría el pesimismo de La Celestina y la falta de esperanza patente en su dramático principio.Hoy no se duda de que sea el autor de La Celestina, que habría escrito con pocos más años que su protagonista, Calisto, que cuenta con veintitrés. Fernando de Rojas rondaría los veinticinco. El autor reveló su nombre y lugar de nacimiento en un famoso acróstico al principio de la segunda edición del año 1500. No se le conoce ninguna otra obra ni es mencionado por ninguno de sus contemporáneos.
Murió en 1541 en Talavera de la Reina, entre el 3 y el 8 de abril. Sus restos fueron enterrados en el convento de la Madre de Dios de esa ciudad y en los años 80 fueron trasladados a la Colegiata de Santa María la Mayor de Talavera. Se conserva su testamento, fechado ese día 3, muy detallado, que ha sido el deleite de los críticos al poder estudiar su abundante biblioteca. Dejó los libros de Derecho a su hijo, que también fue abogado, y los de literatura profana a su esposa. En el inventario de su biblioteca solo figura un ejemplar de La Celestina (cuando murió había al menos 32 ediciones de la obra) y ninguno de la Segunda comedia de La Celestina y de la Tercera parte de la tragicomedia de Celestina, publicadas en vida de Rojas.

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